Madrid, Madrí, Madriz

Hacía tiempo que tenía pensado escribir sobre ti.

Al fin y al cabo, me acogiste con los brazos abiertos y aunque los primeros días creí ser incapaz de apañarme con las estaciones de metro, los andenes y en qué lado de las escaleras mecánicas ponerme.

Conseguiste que me adaptara a ti.

A ti, Madrid.

A tu ritmo frenético.

¿Te acuerdas de lo mal que empezamos aquella primera semana? Que si algún gracioso me roba el móvil, que ¡Aydios! qué caro es todo,que qué ruido…

Pero no fue tu culpa, lo reconozco.

Yo echaba de menos el mar y me costó aprender a valorar el color de tu cielo y disfrutar de la verde calma que me daba el Retiro.

#Madrid Parque del Buen Retiro:

El primer curso no fue el mejor en cuanto a rendimiento académico se refiere (Y el segundo tampoco, no vamos a engañarnos). Lo que peor llevé fue aquella maldita pelea y espiral por la que hoy me alegra tanto haber pasado.

Por mi parte, doy gracias a Tío Pepe.

Tío Pepe siempre tiene algo que decirte mientras esperas en el Kilométro 0. Ya sabes, le gusta hablar de la vida y acompañarlo con una copita de vino mientras le cuentas qué te ronda la cabeza.

-Chatina tranquila, que de ésta sales.

El famoso Tio Pepe de la Puerta del Sol, Madrid >3:

Y salí, ya ves si salí.

Con mucha fuerza y taconeando fuerte, como Lola Flores, celebré el perderlas de vista y les canté a pleno pulmón que «Os vaya bonito».

Volví a disfrutar de los kilómetros que me quedaban por contar.

Lo sigo haciendo.

Recorrí tus calles, ¿Te acuerdas Madrid? Con las converses puestas y con «Lorenzo I» en mi bolsillo.

cava baja La Latina Madrid:

Para los que no lo sabéis, «Lorenzo I» es una concha. Me la dio mi hermano pequeño para que no olvidara mi playa, nuestra playa. Dijo que así me acordaría del verano para no volver a suspender, que me iba a dar suerte en los exámenes. Yo así lo creo.

Suelo llevarla en el bolsillo de mi cazadora verde cuando tengo algo importante rondándome en la cabeza, y en el pantalón vaquero cuando tengo una entrevista trabajo o un examen. De hecho, cuando estudiaba y me desesperaba siempre tenía a Lorenzo I en la mano para que me diera consuelo.

Dime Madrid,

¿De verdad te acuerdas de mis paseos por tus calles?

¿Te acuerdas de tus Ferias de Abril?

¿Te acuerdas de cuando les conocí?

¿Te acuerdas de cuando le conocí?

Atocha Station | Madrid, Spain:

Ya son casi 9 años contigo.

Sabes que duermo con la ventana abierta porque me gusta el frío mañanero, conoces mi rincón favorito del Retiro y que el Ángel Caído es de mis sitios favoritos para ver atardecer, no entiendes por qué en mis bolsillos siempre hay algún paquete olvidado de ketchup del McDonalds y sabes que me gusta subir a la azotea para verte desde arriba y con la cabeza en las nubes.

Te reíste de nosotros cuando corríamos por hacer botellón en El Reina Sofía. No me creíste cuando te conté que alguno de mis amigos había salido en Callejeros. Me hiciste pasar un frío del mil demonios esperando a que abriera el metro mientras escuchábamos el secreto de las tortugas.

Madrid's Atocha Station Doubles as an Indoor Botanical Garden and Turtle Sanctuary,:

Puedo decir que me empujaste a conocer a La Familia Corleone de Madrí y me animaste a mezclarla con la de Galicia.

Esta mañana he pensado en ti, Madrid.

Que los kilómetros siguen corriendo pero ya estoy acostumbrada a tu ritmo frenético.

Y si cunde el pánico, Tío Pepe me guiñará un ojo y con su copa de vino brindará por mi mientras me repite:

-Chatina tranqila, que de ésta también sales.

Nuevo capítulo.

Con ellos,

ellas

y con él.

Rumores y menti … Historias.

Cada semana intentamos volver a juntarnos.

Todos tienen sus trabajos, estudian su máster o llegan agotados después de una semana de estrés y sueño acumulado. Alguien de la Familia Corleone  a quien llamaremos «Il ragazzo peligrouso» siempre dice lo siguiente:

«Si quieres ver a alguien. Le ves.»

Tiene razón.

Esta semana el ritual de quedada fue mejor, pues nos reencontramos con alguien de la Familia Corleone a quien hacía meses que no veíamos. Le podríamos llamar hijo pródigo, aunque creo que me gusta más «Bolindrín».

Bolindrín es un buen amigo, mejor persona y un pésimo jugador de palas. Él es experto en las claras de huevo, un excelente nadador (¿no?) y quedó finalista en la categoría «Comer a la velocidad de la luz. Tarifa 2013».

Además, y aunque aún no está demostrado, tocar su cabeza da suerte.

¡Mrs. Two Cents deja de irte por las ramas!

A lo que iba, mientras cenábamos en un sitio de Madrid y como es tradición, empezamos a recordar viejas batallitas. Reconozco que me enteré de alguna que no conocía y que me hizo reír hasta doblarme. Algunas de las historias contadas el otro día fueron reales y otras empezaron como rumores imposibles de creer pero a base de ser repetidas se convirtieron en verídicas y son contadas a las nuevas generaciones.

Ejemplo: Mi amigo que se convirtió en elefante o como la historia de Joey en Friends a lo mochilero por Europa.

Mrs. Two Cents ha recopilado algunas y espera que le contéis las vuestras, ¡Ahí van!

1. Estanque del Retiro.

Mrs. Two Cents NO desmentirá del todo esta historia pues en su cabeza ha construido ése día a la perfección.

Bien, sería Abril y Madrid ya olía a primavera, Mrs. Two Cents y alguien de la Familia Corleone a quien llamaremos «Monsieur Pizza» tenían una… ¿Cita?

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Como ocurre siempre que se empieza a quedar con una Pizza, o chico, tus amigas te acribillan a preguntas, de las cuales, no sabes responder a la mayoría.

Mrs. Two Cents, que ya estaba un poquito cansada de contar la misma historia y que además, prefería guardarse algo de ése día para ella, decidió tomar medidas.

Pensó que lo mejor sería centrar la atención en otro momento de la cita y no en la cita en sí.

Por ello, empezó a contar que durante la tarde, Monsieur Pizza quiso devolver un balón de fútbol a unos niños que se les había escapado mientras jugaban más adelante.

¡Pobre Monsieur Pizza! Qué mala suerte tuvo, que al chutar y como el balón estaba cerca de un estanque perdió el equilibrio y acabó dentro, empapado.

-Pero tía/tío no le comentes nada,… que el pobre ya pasó bastante vergüenza. Si le preguntas te va a decir que es mentira.

Así fue, aquella historia aún sigue circulando como cierta.

Han pasado unos cuantos años y seguimos riéndonos juntos… Así que supongo, que Mrs. Two Cents no lo hizo tan mal al fin y al cabo.

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2. Esmoquin blanco.

Era fin de año y a alguien de la Familia Corleone se le ocurrió aparecer con un esmoquin-blanco-astronauta ( Dícese de esmoquin blanco con reflejos brillantes) y con zapatos de punta.

Lo que ocurrió aquella noche aún no está muy claro y hará falta hacer una investigación mayor. Eso sí, sabemos seguro que lo del traje era cierto (Existe un montaje de fotos que lo demuestra) , que aquella noche conoció e hizo buenas migas con una ¿Celebrity? de las redes sociales de aquella época y que al día siguiente se despertó convertido en mono.

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Como he dicho, me faltan datos por confirmar.

3. Ataque cocodrilesco.

Hablemos de «Il porco» perdón, «Il muscoloso» es un hombre bueno, muy educado y el pobre, no sabe decir que no.

En esta ocasión, había una chica que quería quedar con él, no dejaba de insistir. Nuestro querido amigo al que ya se le habían terminado las excusas y no sabía cómo hacerle entender que aquella no-relación se había terminado dijo:

-No puedo quedar, me ha mordido la cara un cocodrilo.

(Acompañado de foto)

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Lógicamente, ella se rió y aunque la no-relación no prosperó, hoy en día siguen siendo amigos.

4. Casa de empeños.

Mrs. Two Cents reconoce que se emociona fácilmente y que lloró viendo «Hermano mayor». Le resulta inevitable aguantar la lagrimita cuando ve a alguna abuelita del programa desbordada por algún personaje loco adolescente.

También lloró con el final de «Un mentiroso compulsivo» y el otro día viendo «Click!» . Esta última me irritó especialmente. Se suponía que era una comedia, y me encuentro con una de las películas más lacrimógenas de todos los tiempos.

Eso, lo admito.

Ahora bien, el rumor que corre por La Familia Corleone (iniciado por  Monsieur Pizza) de que lloré viendo «La Casa de Empeños», programa de TV en el que la gente tasa objetos.

Eso, si que no.

Desde aquí, también desmiento que al salir del cine me convirtiera en Mike Wazowski.

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5. Buffet libre

Era uno de nuestros viajes y ya se sabe, cuando eres estudiante y el dinero escasea, ves las comidas como algo secundario e intentas ahorrar al máximo.

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Éramos un grupo bastante grande, estábamos visitando a una amiga que estaba de Erasmus. Ella nos hablaba de un sitio en el que por 8 euros teníamos buffet libre.

Nosotros creímos ver el cielo.

Bien, os diré que intentamos entrar TODOS los días, nos resultó imposible conseguir mesa. No fue hasta el último día que fuimos conscientes de lo que pasaba.

En la puerta, junto con el cartel de «No se admiten perros» colgaron (Bueno, algunos aseguran que lo vieron) una foto de un camarada de aquel viaje vetándole la entrada. Esta persona se caracterizaba por devorar todo lo que tuviera delante y por ello, estamos seguros de que los dueños del local, viendo peligrar su negocio, nos prohibieron la entrada.

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Me faltan algunas por contar y seguramente otras tantas por inventar pero que todo eso, ya queda entre nosotros.

Un abrazo y hasta la siguiente camaradas.

@Mrs_Twocents

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.-Mrs. Two Cents.